Llegamos a las 9:15 al museo del Louvre, corrimos a ver la Gioconda y estaba bastante decente llegamos a primera fila en menos de dos minutos. Tomamos las obligadas fotografías y pudimos quedarnos un rato viéndola, pero está tan lejana que la experiencia es un poco insatisfactoria... La única palabra que se me ocurre al pensar en el Louvre es Inmenso, estuvimos cuatro horas y no vimos mas que los highlights marcados en el mapa del museo (según el Endomondo recorrimos cerca de 12km dentro del museo ... habrá que analizar eso...) Salimos hacia el jardín de la Tuileries y fuimos a comer.

Regresamos a la catedral de Notre Dame para subir a las torres, es el único lugar donde hemos hecho cola, poco más de media hora. Subir los quien sabe cuantos escalones fue toda una proeza, pero para ver de cerca las gárgolas bien vale la pena. Bajamos y todavía era temprano, comimos un Croque-Monsieur con Vin Chaud, y tomamos el metro hacia el cementerio Pere Lachaise, para ver la tumba del Morrison. Antes pasamos por la tumba de Rossini, Cherubini y de Chopin. La de Morrison estaba bien escondida.

Ya ibamos hacia el hotel cuando decidimos ir hasta Montparnasse, bonita zona pero ... no muy especial, fuera de que había como 5 complejos con salas de cine.