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El nombre de esta nota es casi la descripción de un estado de situación. En este caso un estado de situación culinaria, gastronómica, alimenticia. Es que luego de casi un mes de andar viajando, sobre todo en el lejano oriente, la falta de olla, lo que se dice "una buena comida de olla" se hace sentir. Y eso que lo dice este carnívoro despiadado, capaz de comer un asado en un velorio. Sin embargo, las comidas de olla me hacen falta.
"Yoshinoya" es además el nombre de la cadena de comida rápida (fast-food) japonesa más popular entre los nipones, y al parecer la más antigua. Su servicio tiene varias características que han convertido a esta famosísima chain de restaurantes en la más preferida por los hijos del sol poniente: primero que nada porque sirven comida Japonesa, japonesa carajo! Nuestros amigos en Tokio nos decían que allí lo que se come es comida del Japón, nada de hamburguesitas, pollo frito o chips. Segundo que nada cuando dicen comida rápida es comida rápida. Así como uno puede ajustar las agujas de sus reloj de acuerdo los trenes japoneses dada su puntualidad, uno podría tener como referencia el servicio de Yoshinoya para calcular 30 segundos, que es lo que más o menos demoran entre que uno realiza el pedido y le sirven lo ordenado. Eficiencia japonesa. Por último una cuestión de precio. Para hacerse popular esto debe estar a la altura del bolsillo del laburante. El "Yoshi", como ahora le llamamos con la Tati, se pone en el lugar del obrero (y del joven viajante que tiene que sobrevivir varios meses con unos mangos).
Pero Yoshinoya ha sido sólo una parte de nuestro experimentar gastronómico. Algunas conclusiones se pueden ir volcando para que usted señor, señora, que está pensando en darse una vuelta por estos lados, pueda tener en cuenta.
En Japón, el mejor lugar para comer (sin ofender a los amigos de Yoshinoya) sigue siendo el hogar de alguien. Por eso aquella primera cena de la noche en que llegamos a Tokio en la casa de Rumika, con toda la dedicación puesta por su madre y su cuñada en la elaboración de cada uno de los 1200 platillitos y bocaditos que prepararon para nosotros, es sin dudas unos de los puntos altos en esta sección. Aquella sopita de millo, que es como una pasta bien perfumada y fermentada con brotes de soja y otros cereales, será siempre una destacada entre otras sopas de millo que probaríamos a lo largo de nuestra estadía en Japón. Esa noche también nos deleitamos con el Tonkatsu, unos trozos alargados de carne de cerdo (magro o lomo de cerdo) que son aderezadas con sal y pimienta; empanizados en harina mezclada con huevos batidos y copos de pan; y posteriormente fritos en abundante aceite. Dicen que el Tonkatsu no es tan viejo, de hecho su ingesta comienza durante la última parte del siglo XIX. Tiene algunos tintes occidentales ya que su preparación es muy similar a nuestra vieja y querida milanesa. Es decir, como una milanesa pero que se come con dos palillitos, todo un arte! Esa milanesita de cerdo con ensalada, salmón crudo y arroz como pa' ocho fueron un deleite para estos dos viajeros. La dulzura interminable de unas frutillas enormes al terminar el invierno (creí que era un fruto de verano) y una cervecita con sake como para sacarse un poco más el frio. Todo esto, menos la cerveza con sake, ingerido utilizando los dos palillitos. Es que de una y para siempre, los populares chop sticks nos acompañarían en cada comida.
El goce de la washoku (comida japonesa) indudablemente termina/comienza con el sushi. Gracias a la barra de amigos, ex compañeros de clase en Londres, que gentilmente nos invitaron a deleitarnos en un super restaurante tradicional nipón, cosa que nuestro presupuesto en tirillas jamás permitiría, le entramos a un buen sushi. Aunque la base de toda receta de Sushi es el arroz, las hortalizas y el pescado fresco; hoy se pueden encontrar distintas presentaciones. Tal vez la más conocida de estas presentaciones en occidente es el Sushi Maki, cuando el arroz y el pescado son enrollados en hojas de alga y queda preciosito sobre un platillito que te cagás de hambre. Sin embargo el que más atractivo a la vista me pareció fue el Chirashizushi, así que fui por él. El Chirashizushi es cuando el Sushi (en este caso trozos importantes de distintos tipos de pescado y mariscos) es acompañado con un bol de arroz en vinagre de arroz y algunos ingredientes extras como verduras al vapor.
La Tania en cambio le entró duro y parejo al Oyakodon. Este es uno de los platos típicos de la comida japonesa y se puede encontrar a la vuelta de cualquier esquina (en Japón obviamente!). No es más que arroz que suele cocinarse acompañado de cebolleta, huevos, pollo u otras carnes, combinándolos todos en una salsa especial. Un temita a prestar atención: normalmente el Oyakodon se come con un huevo que también se sirve crudo!!
Cruzando el mar del Japón, y ya encallando en la península de Corea la experiencia gastronómica también tuvo sus variantes. En realidad tanto la comida coreana como la japonesa tienen gran influencia de la comida china. Hay tres particularidades que me gustaría destacar del comer coreano: la primera característica es que comen empila!!! En Seúl también tuvimos la suerte de ser recibidos por ex compañeros de clase que nos mostraron una de las mejores cosas que ellos saben hacer: comer. Yo gozado. Los tipos cenan abundante, luego se van de copas y en cada bar en el que paran a tomar una también comen. Según ellos, el sabor amargo del alcohol necesita de otros sabores para complementarse; por eso comen y toman toda la noche incluso después de trabajar 15hrs al día como la mayoría de mis amigos hace. Seúl fue tal vez lo más occidentalizado que vimos hasta el momento, sin embargo la gastronomía mantiene sus tradiciones en cualquier bolichito. La segunda particularidad del Hansik (comida tradicional de los coreanos) es que se utiliza poca carne y la mayoría de los platos son de productos fermentados, acompañados con arroz, esto ha hecho que algunos gordito empiecen a mirarla de reojo ya que dicen que es muy saludable y buena para la dieta. La tercera característica está en que te llenan la mesa con las comidas principales y muchos platillitos de acompañamiento para compartir. Esto es sin duda una muestra cultural de ese carácter coreano, ese gusto por compartir las cosas.
La estrella de la gastronomía Coreana es el Kimchi; un plato de verduras fermentadas con una salsa rojiza hecha en base de soja llamada doengjang. Otros de los platos que pudimos probar son el Bibimbap, arroz con vegetales y carne primero hervida y luego a la plancha por encima con el cual nos rompimos la boca con Dae Hong y Yongshoo; y el Galbi, unas costillas de vaca asadas con diferentes vegetales. Sin dudas nuestro más favo fue el Bulgogi (que literalmente significa carne a las brasas) que una nochecita mi amigo Tee nos invitó a probar en un bolichito cerca de nuestro hostel. Esto es básicamente una mesa con un agujero en el medio en donde se ponen brazas calientes y sobre esto una parrillita tipo disco. Te traen toda la carne, de vaca y cerdo, y uno mismo las va cocinando. Como una mini parrillita que cada mesa va cocinando y degustando al mismo tiempo. Nos gustó tanto que con la Tania volvimos por la revancha.
Finalmente, este recuento de la gastronomía de Asia Oriental termina en China. Lo primero que se me ocurre decir es que en China está muy difícil pa conseguir comida china. Es decir, casi todo es comida china, pero no la comida china que nosotros creíamos que era comida china. Se entendió? En la cultura china, la comida siempre ha sido un elemento principal en todo ritual o celebración, desde bodas y funerales hasta la celebración del Año Nuevo, nacimientos, etc. Este amor por la comida es un pilar básico, símbolo de honra a los principales acontecimientos que suceden en las vidas de los chinos.
Algunos de nuestros deleites fueron los clásicos Dim sum o Dumplings, pequeños bollos de masa blanca que son cocinados pero que de aspecto parecen masa cruda, y que pueden ir rellenos de frutas, verduras, carnes o mariscos, y suelen servirse en pequeños recipientes de forma similar a los canapés. La traducción literal del nombre es tocar el corazón. Te aseguro que me quedó recontra manoseado el bobo. También le dimos duro y parejo a la popular hamburguesa china. Una especie de pan de pita rellena con carne de cerdo, de cordero o vaca cocinada en un caldo bien condimentado y picada en trocitos. La Tania se lujureó con estas Rou ji amo en el barrio musulmán de Xi'an ya que es una comida típica de la provincia de Shaanxi. El Youtiao es otra de las especialidades culinaria de China, sobre todo para el desayuno. Se trata de un pan frito con forma alargada, similar a los churros nuestros; una torta frita pero con otra forma. No puedo dejar de mencionar el pato Pekinés (ojo, dije pato y no perro pekinés) con su exquisito sabor dulzón. En el norte de China comimos muchos pero muchos noodles, los fideos que acá los cocinan en una especie de sopa con carne y el astuto de Marco Polo los llevó a Europa para que los tanos los conviertan en tallarines con los tomates centroamericanos. Al sur de China el arroz vuelve a ganar la pulseada. Siempre en su forma pegoteada como para que uno los pueda comer con dos palillitos. Ahora bien, dado que los chinos son tantos, los tipos tienen que comerse todo lo que encuentren en la vuelta y no los mate. Por lo tanto, raíces de todo tipo, triperío y animales de cualquier especie junto con insectos hay por doquier. El difícil saber si el chino es o se hace. Es que por un lado uno encuentra en mercaditos mucha variedad de escorpiones, alacranes, tarántulas, serpientes, ratas y perritos; sin embargo uno no ve al chino de a pié comiéndose 20 arañas peludas en la vereda así como así. Te cuento que no me importó mucho y me mandé un par de alacranes que minutos antes de deshacerse en mi boca aun movían las patitas y el aguijón en la cola ensartados en un palito de brochette. Crocantones y bien saladitos, como un lindo acompañamiento de una cerveza fría. La rematé con una esbelta serpiente que se enroscaba en el palillo antes de ser sumergida en el aceite caliente. Una exquisitez!
Así que esto ha sido parte de nuestra experiencia culinaria en el oriente. Yo-shin-oya pero con la panza llena aunque nada aún siquiera se acerque a las empanadas de la vieja.
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