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La Llegada a Cuenca.
Por favor, perdonen la demora de la actualización, y a los que intentaron ver nuestras fotos pero solo pudieron ver cruces rojas durante estos últimos días, les rogamos nos disculpen. Tratamos de arreglarlo, pero falta la tecnología acá en Cuenca, y subir fotos es un proceso laborioso, pero con un poco de suerte ahora hay unas subidas.
Desde nuestra salida de Bucay, el viaje ha sido lleno de incidentes, pero hemos llegado a Cuenca. Después de la hospitalidad amable de la familia Merino, salimos en el camino a Cuenca, caballos herrados y sol brillante por fin. El primer día ascendamos 1.000m, y el día siguiente, tuvimos que decidir entre dos posibilidades: 1. pasar un puerto montaña, visible en nuestras mapas (de veinte anos de edad) al valle Chunchi, al otro lado a nuestro campamento, 2. tomar el camino alternativo y seguro, que llevaría un día más.
Unánimemente, decidimos en el puerto montaña. Todo salió bien, nos encontramos con unos derrumbamientos, pero los caballos nos impresionaron mucho con su equilibrio ágil y su capacidad de tomarse los obstáculos de la naturaleza con calma. Sin embargo, durante el último derrumbamiento antes del descenso a Chunchi, cayó una piedra pequeña, y cortó Gansa, la yegua, en su pierna. Logró llegar al otro lado, y podía apoyarse en su pierna herida. Nick y Phil vendaron la herida, y la dieron a la yegua las inyecciones necesarias, mientras Ed cuidó a los otros caballos al otro lado.
Decidimos de no arriesgar los otros caballos sobre el mismo terreno, y, después de un poco de reconocimiento en el crepúsculo, descubrimos una ruta alternativa, que uniría ambos grupos. Tuvimos la suerte de encontrar con el dueño de una hacienda, Pedro Cisneros, cuando se estaba haciendo de noche. Estuvimos afectados por los acontecimientos del día. La yegua desafortunada, Gansa, estaba comiendo el pasto felizmente mientras la examinamos más. Con el consejo de otros, pareció que ella no podría trabajar para más de un mes.
Pedro hizó una sugerencia que nos ayudó mucho. Su primo, dueño de otra hacienda (que quedaba a 15km) quería comprar caballos. Pensó que podíamos llevar los caballos a la hacienda en un camión, llegar a un acuerdo sobre el precio de Gansa, y después montar los cuatro caballos, con un guía, por el páramo alto (4,300m) en una ruta que llevaría cuatro días. En Cuenca, podíamos organizar los últimos 320km de Ecuador, y decidir si necesitaríamos un quinto caballo.
En este momento, todo pasó según lo previsto. Al primo de Pedro le gustó Gansa, tenía muchos caballos y campo, y estábamos satisfechos que cuidaría de ella. La mañana siguiente, cabalgamos a través del paisaje mas impresionante que ofrecen los Andes, con nuestro guía (bien llamado Leonidas). Sin embargo, a una de las puntas mas altas, ocurrió un catástrofe una vez mas - Pajarito perdió el pie y se cayó del frente. Cuando vió el terreno empinado, Ed decidió que la mejor opción fue bajar de un salto del caballo. Sin embargo, él se dió con la pierna contra una roca, y volvió a abrir la herida de dos semanas antes. El doctor Sutton usó su botiquín una vez mas, limpiando y afeitando la pierna. Después de unos intentos vanos de grapar la herida, fue vendada y Ed podía seguir montando hacia Ingapirca. Cuatro horas después, el equipo llegó, después de haber visto más paisaje impresionante de los caminos Incas. Ed se fue al hospital en Canar, pero las enfermeras eficientes le dijeron a él que no podía andar a caballo para dos o tres semanas.
Aquella noche dormimos entre las ruinas incas en Ingapirca, y nos sentimos en paz con nuestro viaje. Hablamos de los planes futuros mientras estábamos tendidos en nuestros sacos de dormir. Aunque la herida está frustrante para Ed, hay una perspectiva consoladora. Uno de nuestros problemas mas graves es el peso del equipo. Sin las cargas, los caballos pueden recorrer distancias mas largas, con menos tiempo. Ya sabemos que tenemos que conseguir un vehículo de apoyo cuando alcancemos el terreno salvaje de Perú para llevar comida y agua y asegurar el bienestar de los caballos. Ed se aprovechará del tiempo libre que tiene debido a su accidente para proveer el apoyo logístico, tomando el bus con el equipo para que Nick, Phil y los caballos puedan acelerar un poco. En Perú vamos a organizar un vehículo para que uno de los jinetes pueda manejar a los pueblos para recoger comida y agua para los caballos, mientras los otros siguen andando. Quita Collard no tardará en llegar, y entonces podemos volver a nuestro plan original, con un poco de suerte…
Pasamos unos días de descanso en Cuenca. Aunque ambos Phil y Nick sufrieron del malestar estomacal, ahora están recuperándose. Otra vez más, otra familia nos mostró la hospitalidad inmensa. La familia López y sus amigos nos enseñaron algo de la cultura fascinante y tradiciones de Cuenca, además de permitirnos usar su casa. Muchísimas gracias a ellos.
Esta mañana Phil y Nick salieron en el viaje a Loja, que esperan no llevará más de cuatro días. Ed queda unos días más en Cuenca hasta que su pierna esté completamente curada, antes de reunirse con ellos en Loja.
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